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Foto del escritorAmiel Peirano

El bendito voucher

Actualizado: 27 oct 2023

- entrada publicada originalmente el 18 de marzo de 2022 -


Si les digo la verdad, toda la peripecia del voucher fue la que me inspiró a empezar con este blog. Es que esta historia me parecía digna de ser contada, y siempre se me dio mejor escribir que hablar (aunque los audios de whatsapp son la excepción porque los uso todo el tiempo).

La historia empezó en 2019, y no sé cuándo terminará, pero espero que pronto! En ese año con mi cuñada tuvimos la idea de anotarnos a un curso que se iba a dictar en 2020, y que empezaba con una semana presencial en marzo en Antigua, Guatemala. Claro, viéndolo dos años después es muy obvio saber lo que iba a pasar, pero hasta ese entonces nadie tenía idea 🙈 Teníamos aprox. 3 meses para juntar la plata de los pasajes, y después el costo del curso lo iríamos pagando en cuotas durante el año. En esos meses hicimos de todo para conseguir el dinero: vendimos cosas nuestras, trabajamos, y hasta empezamos un emprendimiento (que seguimos hasta el día de hoy). En ese proceso, y calculando cuánta plata necesitábamos juntar, vimos que el pasaje salía más barato si hacíamos escala en Miami, y como mi primo vive ahí cerca y yo todavía no conocía a su segunda hija, decidimos hacer una semana en Miami y la semana siguiente en Antigua. El plan iba perfecto, pero no contábamos con todo lo que iba a pasar después. Primero, mientras juntábamos la plata, a mi cuñada le avisaron que no podía hacer el curso 😭, así que tuve que decidir si seguir adelante con el plan y hacerlo sola o bajarme. Después de pensarlo unos cuantos días decidí hacerlo igual, ya que era una oportunidad que podía aprovechar muy bien. Saqué los pasajes y planifiqué todo el viaje; tenía fecha para salir hacia Miami el 13 de marzo de 2020… El día antes de viajar, mi primo desde Estados Unidos me empezó a preguntar si tenía alguna novedad, ya que allá ya se hablaba del coronavirus y estaban cancelando viajes desde y hacia Europa, etc. Yo le dije que no había drama, que en Uruguay no había nada y yo después me iba a Guatemala que tampoco… Pero en la noche me llegó un mail de la organización del curso diciendo que la etapa presencial se posponía unos meses por la situación mundial. No sabía qué hacer, ya que tenía los pasajes, la maleta armada, mi vuelo salía en menos de 24 horas, y no estaba cancelado. Después de pensar un poco, decidí no ir, y pensé que no me iban a devolver el dinero de mi pasaje. Pero para mi sorpresa, de la aerolínea me dijeron que lo entendían y que tenía un año para hacer mi viaje ✈. Yo, muy ilusa, pensé “capaz puedo ir en mayo, cuando termine lo del coronavirus…” Lo cierto es que, como todos ya sabemos ahora, el viaje se pospuso mucho más que hasta mayo, y terminé concretando ir a Miami en marzo de 2021 para el cumple de mi primo. El tema era que al no tener el curso, en realidad ya no necesitaba ir a Guatemala después y tampoco quería por la situación de la pandemia ahí, así que en realidad estaba usando solo una parte del pasaje que tenía. Hablando con el agente de viajes que me había ayudado con los pasajes (que es un crack 😀, lo recomiendo si necesitan uno en Uruguay), le planteé que ahora ir solo a Miami era mucho más barato que lo que yo había pagado originalmente, y que me daba lástima desperdiciar esa diferencia. Después de muchas idas y vueltas con la aerolínea, conseguimos que me hicieran un voucher (valor 440 usd) por la diferencia del precio, que podía (puedo) usar hasta marzo de 2022, es decir, un año después del viaje.



En marzo de 2021 fui a Miami, estuve en el cumple de mi primo, conocí no solo a su segunda hija sino también al tercero, y pasé genial 😁. No pude volver a Uruguay en la fecha que tenía planeada, pero eso quedará para otro día… Me llegó el voucher de la aerolínea, y pregunté cómo podía hacer para usarlo, ya que ya sabíamos que en septiembre nos mudábamos para Alemania y no había chances de que lo usara antes que eso. Me dijeron que no había problema, que podía usarlo desde Alemania también, así que nos mudamos y yo me traje el voucher. Cuando ya habían pasado unos meses acá y ya había solucionado mi residencia legal en Europa, con Jona planeamos usar mi voucher para ir a New York 🗽. El costo del voucher me cubría una gran parte del pasaje, y solo teníamos que pagar la diferencia (y su pasaje, claro). Toda esta fue la introducción del drama, así que si leíste hasta acá te agradezco, porque todavía tengo mucho para contar! 😅 Para poder usar el voucher nos pedían ir presencialmente a la oficina de la aerolínea, que en este caso es en el aeropuerto de Frankfurt (a 350 km de nuestra casa 😬). Obviamente no es algo que se pueda hacer todos los días, así que fuimos un sábado y aprovechamos que teníamos visita y no conocía Frankfurt para pasar el día ahí. Nos fijamos en Google los horarios de la oficina y marchamos. Al llegar al aeropuerto, nos dijeron que por la pandemia la oficina había reducido sus horarios, y que solo atendían un par de horas los fines de semana en la mañana. No sabíamos qué hacer, así que cuando llegamos a casa Jona llamó por teléfono a la aerolínea y explicó toda la situación. Lo atendieron muy bien, y le dijeron que como era un error de ellos y como excepción, iban a hacer la reserva por teléfono. La hicieron, nos mandaron la reserva por mail, y nos dijeron que el día del viaje entregáramos en persona el voucher al hacer el check in. Muy emocionados por nuestro viaje, obviamente reservamos alojamiento e hicimos planes para esos días en New York 💪. También compramos los pasajes de tren de ida y vuelta al aeropuerto (que comprando con tiempo pueden ser muy baratos, y comprando sobre la hora MUY caros). Y el día del viaje salimos a las 4 am para el aeropuerto. Cuando llegamos, había mucha fila para hacer el check in, así que estuvimos más de media hora esperando hasta llegar al mostrador. Cuando le presentamos el voucher a la señora de la aerolínea, nos dijo (de muy mala gana, por cierto 😠), que así no funcionaba y que tendríamos que haber ido días antes. Le dije que habíamos ido antes y que nos habían dicho esto por teléfono, pero ella dijo que no tenía nuestra reserva y que si queríamos subir a ese vuelo teníamos que comprar los pasajes en ese momento y nos salían 4 veces más que lo que pensábamos pagar originalmente 😰.

Super nerviosos empezamos a “pensar” qué hacer, y lo pongo entre comillas porque con los nervios y todo lo que te pasa por la mente en esos momentos no es que pensás muy bien, y de eso sí que tengo más anécdotas… Mientras yo me quedé en un rincón sacándome el tapabocas para poder respirar mejor de los nervios que tenía, Jona fue a averiguar a un mostrador que venden pasajes “last minute”, y me llamó de lejos. Había conseguido un vuelo para ese mismo día pero un poquito más tarde. Obvio que era más caro, y al ser en otra aerolínea no podíamos usar el voucher, pero era eso o perder la reserva del hotel y quedarnos sin viaje ya estando en el aeropuerto, así que lo compramos y nos fuimos hacia la terminal correspondiente. En el camino a la otra terminal, le pregunté a Jona si la vuelta era para el mismo día, y ahí nos dimos cuenta que nos habían vendido solo viajes de ida. Ya estábamos jugados, así que seguimos para hacer el check in y decidimos comprar los pasajes de vuelta cuando llegáramos a New York en la aerolínea del voucher para así poder usarlo. Obvio que no sabíamos que nos iban a pedir el pasaje de vuelta para poder embarcar (y eso que hacía dos meses me había pasado lo mismo en otro aeropuerto), así que de apuro compramos los pasajes de vuelta más baratos que encontramos en una de esas páginas de vuelos baratos y pudimos viajar. A todo esto, si hubo algo bueno en este gran cambiazo fue que el vuelo que sí tomamos para ir era directo, a diferencia del que íbamos a tomar en la otra aerolínea, entonces llegábamos antes a New York 😃. Porque bueno, todo malo no es.

En New York pasamos re lindo, y tomamos el vuelo de vuelta que no resultó ser tan malo. En el tren para llegar a casa también tuvimos inconvenientes, pero si también cuento eso en esta entrada me va a quedar más largo de lo que ya es.




Cuando llegamos a casa, después de un tremendo viaje, tuvimos que ponernos las pilas para hacer la denuncia en la aerolínea del voucher, ya que en realidad nos habían dicho cosas diferentes y seguíamos teniendo el bendito voucher para usar 😅. Jona habló con ellos, explicó todo, llenó formularios y nos dijeron que en caso de ser favorable el fallo, nos mandarían un voucher por el inconveniente (otro voucher).


A los 10 días nos llegó el mail de que nos iban a mandar un voucher valor 200 usd por el inconveniente y con Jona empezamos a pensar en qué hacer . Por un lado, planificar otro viaje siempre va a implicar gastar más plata del valor del voucher, obviamente; pero al mismo tiempo, en el caso de mi voucher, el original, fue plata que yo ahorré y pagué y no quiero dejar así como así. Mirando opciones, se nos ocurrió “comprar” (es decir, cambiar con los voucher) los vuelos más baratos que encontráramos con esa aerolínea para dentro de unos meses, y si después tenemos margen poder comprar otros desde ahí a donde sea. Para hacer eso esta vez sí vamos a ir en persona a la oficina en Frankfurt a la hora en que están abiertos 😉


Hoy nos llegó el sobre de la aerolínea y no lo esperábamos, pero había dos voucher adentro: uno para cada uno 😱

Nos encanta viajar y obviamente tener viajes pendientes es un sueño, pero en este caso parece una broma de mal gusto. Tener plata disponible en una aerolínea que no me interesa usar y que no planeaba hacerlo es uno de esos chistes del destino que todavía no entiendo 😳



En otra oportunidad les cuento otra historia loca de tantas que nos han pasado! Gracias por leerme :)

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